Desarrollo y cooperación - 08-12-2010 - 13:06
La extracción ilegal de oro, cobalto y coltán es moneda corriente en la parte oriental de la República Democrática del Congo y en la región de los Grandes Lagos, en África.
Las ganancias que genera esta práctica ayudan a financiar guerras y están vinculadas a la violación de los derechos humanos y al fenómeno del trabajo infantil forzado en esta parte del continente.
Los eurodiputados abordaron este asunto en la última Asamblea Parlamentaria Conjunta ACP-UE, en Kinshasa.
El pasado 1 de diciembre, diputados del Parlamento Europeo, junto a expertos locales congoleños y representantes parlamentarios de los países de África, el Caribe y el Pacífico (los llamados ACP) advirtieron de la inestabilidad política que genera la extracción ilegal de minerales en la región central de África.
Acción coordinada como respuesta
Así, la eurodiputada búlgara del grupo del Partido Popular Europeo Mariya Nedelcheva señaló que no se deben buscar "explicaciones simplistas" a un fenómeno que, según ella, solo puede abordarse a través de una acción coordinada a nivel regional e internacional.
Siguiendo esta línea, el vicepresidente de la Asamblea Conjunta ACP-UE, Louis Michel, dijo que la explotación ilegal de minerales es una "cuestión fundamental" para la República Democrática del Congo e instó a la Asamblea a presionar a la Unión Europea para adoptar legislación contra el uso de este tipo de minerales.
Proceso de Kimberley
Por su parte, el ministro congoleño de Minas, Christophe Kaninio, hizo un llamamiento para que todos los países de África se comprometan con el proceso de Kimberley, un sistema de certificaciones diseñado para evitar que los diamantes de sangre obtenidos en zonas de guerra a través de la explotación entren en el mercado legal.
Uranio con fines nucleares
Dos eurodiputados, el socialdemócrata alemán Norbert Neuser, y la francesa del grupo de los Verdes Michèle Rivasi, denunciaron la existencia de una mina de uranio en la región congoleña de Katanga, al sur del país, que aunque no es explotada oficialmente, sí es utilizada para financiar los programas nucleares de Irán y de Corea del Norte. El propio Neuser advirtió de que no se trata solo del Congo, sino de que "la comunidad internacional asegure que el uranio está bien controlado o bien sea prohibido".
El ejército, implicado
En la misma línea, la eurodiputada belga del grupo de los Verdes Isabelle Durant denunció el hecho -probado por la ONU- de que todavía hay minas en la región norteña de Kivu que siguen siendo explotadas de forma ilegal con la participación directa de altos mandos del ejército congoleño.
Denuncias de la ONU
Según un informe de la ONU publicado el pasado 29 de noviembre, las fuerzas armadas congoleñas siguen envueltas en el tráfico ilegal de minerales, a pesar del llamamiento hecho por el presidente del país, Joseph Kabila, para acabar con la explotación y el comercio de minerales en esa zona. El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el mismo día una resolución ampliando las sanciones contra militares envueltos en esta práctica.
Ref. : 20101203STO05948
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