Diez días de protestas contra las elecciones que confirmaron en el cargo al presidente ultraconservador y antioccidental Mahmud Ahmadineyad han llevado a protestas sin precedentes y a una brecha pública en el 'establishment' islámico. Dos candidatos derrotados - el ex primer ministro Mirhosein Musavi y el clérigo prorreformista Mehdi Karubi - acusan a las autoridades de fraude y han pedido una repetición de las elecciones.
Karubi señaló el martes que la oposición seguiría adelante, y convocó a los iraníes a celebrar ceremonias este jueves para recordar a los fallecidos en las protestas de la semana pasada. Al menos 10 personas murieron en los peores incidentes de violencia el sábado, y unos siete más a principios de la semana pasada.
La televisión estatal iraní, en emisiones dirigidas claramente a desacreditar a los opositores que desafiaron una prohibición de protestas, mostró a un grupo de personas que dijo habían sido detenidas durante el fin de semana.
"Creo que nos provocaron cadenas como la BBC y la VOA (Voice of America) a actuar de forma tan inmoral", dijo un joven que no fue identificado.
Una mujer cuya cara fue pixelada dijo que llevaba una granada en su bolso. "Me influyó la VOA Persa y la BBC porque estaban diciendo que las fuerzas de seguridad estaban detrás de los enfrentamientos".
"Vi que éramos nosotros los que protestábamos (...) los que estábamos creando los disturbios. Incendiamos propiedades públicas, tiramos piedras (...) atacamos coches de gente y rompimos ventanas de casas".
Los disturbios se producen sobre un telón de fondo de tensión entre Occidente e Irán, un importante productor de gas y petróleo y factor clave en la estabilidad regional.
POLICÍAS ANTIDISTURBIOS
En las principales plazas de Teherán se desplegaron el martes camiones y policías con equipos antidisturbios, pero hacia el mediodía no había indicios de ninguna concentración de protesta en la ciudad.
Un grupo de alrededor de un centenar de personas se concentraron frente a la embajada británica en Teherán, gritando "La embajada británica debería cerrar", dijo un testigo a Reuters.
La Guardia Revolucionaria, ferozmente leal a las instituciones religiosas conservadoras del país, ha anunciado la represión de las protestas. Cientos de personas han sido detenidas por la policía antidisturbios desde que se conocieron los resultados el 13 de junio que dieron a Ahmadineyad una victoria arrolladora frente a su principal rival, Musavi.
"Los detenidos en los recientes acontecimientos serán tratados de una manera que les dará una lección", dijo la agencia oficial IRNA citando al alto cargo judicial Ebrahim Raisi en declaraciones realizadas en la televisión estatal el lunes por la noche.
Raisi dijo que un tribunal especial estaba estudiando los casos.
"Los agitadores deberían ser tratados de forma ejemplar y la justicia lo hará", declaró.
Los líderes conservadores de Teherán están inmersos en una disputa con las potencias occidentales sobre su programa nuclear, que dicen pretende conseguir electricidad pero que Occidente sospecha podría producir armas nucleares que podrían desestabilizar la región.
El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs dijo que las protestas habían iniciado el "cambio" en Irán. Sin embargo, señaló que el presidente Barack Obama no respaldaría ningún llamamiento a una huelga general en el país ni se implicaría en acciones específicas al respecto.
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