La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento a la acción. Son necesarias actuaciones urgentes y unificadas para evitar que regresemos a la era preantibiótica.
11/04/2011
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La resistencia a los medicamentos por su mal uso es un problema de primera magnitud. |
Imaginen un joven con tuberculosis que no logra superar su enfermedad. Y no lo consigue porque los medicamentos y el tratamiento que toma ya no le hace efecto. Su resistencia a los antimicrobianos hace que su estado empeore y no haya forma de superar la enfermedad. Ahora imaginen lo mismo pero con una persona que padece VIH y que cada día está peor porque, aunque existe tratamiento, su cuerpo ofrece una gran resistencia a los antivíricos.
Este tipo de escenarios ya se dan y van ‘in crescendo’. La salud mundial tiene otro frente abierto que combatir. El problema de la resistencia a los antimicrobianos no es nuevo, pero se está volviendo cada vez más peligroso. Son necesarias actuaciones urgentes y unificadas para evitar que regresemos a la era preantibiótica.
Con motivo del Día Mundial de la Salud 2011, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento a la acción para detener la propagación de la resistencia a los antimicrobianos mediante la adopción por todos los países de una serie de medidas políticas para luchar contra dicha resistencia.
La directora general de la OMS, Margaret Chan, lo tiene claro en cuanto a la necesidad imperiosa de adoptar medidas a tiempo. “Mientras no se apliquen medidas correctivas y protectoras de carácter urgente, el mundo se encamina a una era postantibiótica en la que muchas infecciones comunes no tendrán cura y volverán a matar con toda su furia”.
La OMS incide en mejorar las actividades preventivas y de control de infecciones
En esta línea, la OMS ha dado a conocer una serie de pautas normativas en relación a las medidas que los gobiernos y sus aliados nacionales tienen que aplicar para combatir la resistencia a los antimicrobianos. Las recomendaciones van desde formular y poner en práctica un plan nacional integral, hasta regular y promover el uso correcto de los medicamentos.
Igualmente, la institución sanitaria incide en mejorar las actividades preventivas y de control de las infecciones, e igualmente en fomentar la innovación, la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas.
Farmacorresistencia contra varios tratamientos
El año pasado se notificaron por lo menos 440.000 casos nuevos de tuberculosis multirresistente, y la forma ultrarresistente de la enfermedad se ha observado en 69 países hasta la fecha. El parásito causante del paludismo se está volviendo resistente incluso a la generación más resistente de antipalúdicos. Por otro lado, cada vez hay menos opciones para tratar la gonorrea.
Las infecciones graves que se contraen en un hospital pueden causar la muerte porque resulta muy difícil tratarlas. Además, las cepas de microorganismos farmacoresistentes se propagan de un lugar a otro en el mundo interconectado de hoy. También está apareciendo la resistencia a los antivíricos que se usan para tratar la infección por el VIH.
Acción política
Si bien son los gobiernos quienes deben asumir la dirección y formular políticas nacionales para combatir la farmacorresistencia, los profesionales de la salud, la sociedad civil y otros grupos también pueden contribuir de manera destacada. Por ejemplo: el personal médico y farmacéutico puede prescribir y dispensar únicamente los medicamentos necesarios para tratar a una persona enferma, en vez de darle automáticamente los medicamentos más novedosos o más conocidos.
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