Pero a menos que cuentes la tarjeta de lotería ocasional en un calcetín de Navidad o ese viaje obligatorio recién dieciocho a Walmart a derrochar mi dinero en un billete no ganador y no deseados fuma, he mantenido al margen en gran medida de los juegos de lotería del estado en los últimos años. ¿Por qué? Porque no me siento especialmente obligado a impuestos ya rompió mi auto por la oportunidad sumamente improbable de ganar una suma enorme de dinero.
Obviamente, hay cientos de miles de dedicados compradores de billetes de lotería que se sienten de manera diferente. Lamentablemente, estas personas son, precisamente, el objetivo para la comercialización de lotería: los pobres, a menudo desesperadas, una manera de salir de su estado de empobrecimiento. Loterías ofrecen una oportunidad de incalculables riquezas. Dado que las probabilidades de ganar son muy bajos y deprimente a fondo, la forma más fácil de llegar a los mercados es la ya muy pobres.
par de años A, un estudio publicado en el Diario de riesgo e incertidumbre se examinó cómo las personas de bajos ingresos evaluar el riesgo asociado con los juegos y, más concretamente, la lotería.Los investigadores realizaron experimentos con dos grupos de participantes de bajos ingresos, y sus resultados sugieren una combinación de miopía toma de decisiones y el maní "efecto" - es decir, "la búsqueda de mayor riesgo para las estacas bajas que juega con altas apuestas", que creen puede explicar la popularidad de las loterías del Estado.
Autor prolífico escritor y Jonah Lehrer recientemente reeditado un mensaje en ScienceBlogs sobre estos resultados y me hizo pensar acerca de lo "impuesto" significa en realidad y si los programas de lotería del estado se benefician realmente a los residentes un estado. Por ejemplo, casi el 20 por ciento de los estadounidenses en la actualidad los juegos de lotería, el gasto un promedio de $ 60 mil millones al año. Lehrer escribe: "Un hogar con ingresos menores de $ 13.000 gasta, en promedio, 645 dólares al año en los billetes de lotería, o nueve por ciento aproximadamente de todos los ingresos". En otras palabras, los más pobres pagan al sistema, pero no ven volver. ¿Cómo es eso de la libertad y justicia para todos?
Por un lado, esto parece el mejor de los oportunistas. Mucha gente piensa que la lotería, al igual que el negocio de los casinos, es un impuesto regresivo, o uno que penaliza a los pobres de manera significativa sobre los ricos. Nadie te obliga a pagar dicho impuesto, pero sus normas culturales particulares suscribirse a la idea como buena? Ciertamente no es una práctica desalentados por el estado o gobierno federal. A partir de 2008, 43 estados habían revisado su legislación para permitir ejecutar las loterías estatales. Entonces, ¿dónde diablos significa todo ese dinero?
Dicho esto, las loterías son tan antiguos como el 200 aC y hasta la fecha de 1800 en los Estados Unidos, así que nada de esto es nada nuevo. También sé que mucha gente que piensan que la lotería es divertido.Y como uno de los fuertes derechos de los animales, sino amar la gente, tengo que preguntarme si los boletos rasguño en la mesa de la cocina no está a pasos agigantados por delante de una tarde en la pista de caballos o perros. (Scratch que - un juego de palabras. Yo sé uno es menos destructiva que la otra. Para que un matrimonio encantador de derechos de los animales y el debate de la lotería, echa un vistazo a la canción de Propagandhi "El Estado-Lotería.")
Si no queremos que un pasatiempo extraño fuera de la ley caro o de una persona joven ceremoniales de entrada a la compra de edad, la pregunta es entonces: No dejemos de juego para el mercado negro con tácticas prohibicionistas, o trabajamos en la reforma educativa en su lugar? ¿Cómo hacemos para que los estados por el dinero que obtienen con los programas de lotería? ¿Cómo entendemos el circuito de retorno de la lotería y considerar lo que es más justo para todos los involucrados? Sin culpar a la víctima, ¿cómo educar a la gente? ¿Qué piensa usted?
Crédito de la imagen: meddygarnet
Dispara Bretaña es un escritor independiente, editor y crítico. Ella es uno de los editores de la Revisión blog feminista y un frecuente colaborador de diversas publicaciones progresistas.
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