sábado, 5 de diciembre de 2009

INDICIOS DE NUEVAS DETENCIONES ILEGALES Y ACTOS DE HOSTIGAMIENTO DE LAS FUERZAS DE SEGURIDAD DE GUINEA

3 diciembre 2009

Cartucho encontrado tras la matanza en el estadio de Conakry.

© Amnistía Internacional



En el curso de una reciente visita a Guinea, Amnistía Internacional ha determinado que las fuerzas de seguridad del país han continuado deteniendo y hostigando a activistas y otras personas tras una matanza cometida durante una manifestación política el 28 de septiembre.

Mouctar Diallo, vicepresidente de la comisión nacional de derechos humanos de Guinea, fue detenido el jueves 26 de noviembre. Amnistía Internacional ha descubierto que está recluido en la base militar de Alpha Yaya, acusado de “poner en peligro la seguridad del Estado”.

La delegación de Amnistía Internacional, que regresó de Guinea el pasado martes, 1 de diciembre, ha sabido también de más de 40 casos de personas que asistieron a la concentración de protesta y se encuentran todavía en paradero desconocido. Los cadáveres de algunas de ellas se identificaron en fotografías y material filmado en el estadio, pero no aparecieron posteriormente en ningún hospital, morgue, mezquita ni base militar de Conakry, incluida la base de Alpha Yaya.

Amnistía Internacional teme que otras personas que asistieron a la concentración y cuyo paradero se desconoce hayan sido víctimas de homicidio o desaparición forzada.

La cifra oficial de víctimas mortales de la matanza en el estadio de Conakry es de 58 personas, pero, según informes de organizaciones de derechos humanos, murieron al menos 157.

Amnistía Internacional ha encontrado también nuevos datos que apuntan a un grado preocupante de violencia sexual durante la matanza.

Más de 30 personas dijeron a la organización que habían sido violadas durante los sucesos del 28 de septiembre. Datos médicos registrados en el hospital de Donka de Conakry indican que al menos 32 mujeres que habían asistido a la concentración mostraban señales de violación.

Una mujer contó que había visto a cinco miembros de los “boinas rojas”, la guardia presidencial, agredir a una amiga suya. Dijo: “Le arrancaron la ropa con una bayoneta, la inmovilizaron en el suelo y la violaron. Luego le dispararon una bala en la vagina”.

Varias mujeres entrevistadas por la delegación de Amnistía Internacional afirmaron haber sido detenidas por “boinas rojas” en la concentración y recluidas luego durante más de cinco días, en el curso de los cuales las drogaron, las golpearon y las violaron reiteradamente, a la vez que las grababan con teléfonos móviles.

“En Guinea persiste un clima de miedo –ha manifestado Gaetan Mootoo, de Amnistía Internacional–. Las autoridades no pueden desentenderse ya de las violaciones de derechos humanos cometidas por sus fuerzas de seguridad.”

“Las autoridades deben prestar pleno apoyo a los esfuerzos de la comisión internacional de investigación de la ONU y garantizar que los responsables de estos delitos son puestos a disposición judicial.”

Amnistía Internacional ha descubierto que las fuerzas de seguridad están también reprimiendo toda posible disidencia dentro del ejército.

La delegación ha sabido que tras los sucesos del 28 de septiembre fueron detenidos ocho militares, que se hallan recluidos en Ile de Kassa, isla de las inmediaciones de Conakry.

Asistencia militar internacional

Amnistía Internacional ha recogido información sobre asistencia militar internacional, incluido adiestramiento, prestada a determinadas unidades del ejército regular y las fuerzas de seguridad de Guinea implicadas en la violencia del 28 de septiembre, y teme que al prestar esta asistencia no se hayan tenido en cuenta ni abordado las violaciones de derechos humanos cometidas por estas unidades en el pasado.

La asistencia incluye adiestramiento en técnicas de combate, que el gobierno de China proporciona al menos desde 2006 a miembros de batallones de la guardia presidencial. Asimismo, desde 2008 el gobierno de Francia presta asistencia técnica en el adiestramiento y organización de hasta 4.000 nuevos reclutas de la gendarmería nacional. El 28 de septiembre había en el estadio de Conakry miembros de los “boinas rojas” y de la gendarmería nacional. Francia ha suspendido la cooperación militar con Guinea tras el 28 de septiembre.

Amnistía Internacional ha visto también 60 cartuchos de tipo Kalashnikov recogidos en el estadio y en otros dos lugares de Conakry –Kosa y Ratoma- tras la violencia del 28 de septiembre. Casi el 20 por ciento de ellos parecen haber sido fabricados en 2006 y 2008, lo que indica que se ha suministrado munición a las fuerzas de seguridad de Guinea recientemente, pese a los reiterados homicidios ilegítimos y casos de uso excesivo de la fuerza que se les han atribuido desde 1998.

“La matanza del 28 de septiembre y los sucesos siguientes son el último ejemplo de las violaciones de derechos humanos que las fuerzas de seguridad vienen cometiendo desde hace un decenio –ha señalado Gaetan Mootoo–. Los gobiernos deben suspender de inmediato todo apoyo a las fuerzas de seguridad de Guinea que pueda facilitar la comisión de nuevas violaciones de derechos humanos.”

Amnistía Internacional ha sabido también que el gobierno guineano ha contactado recientemente con el de Marruecos para solicitar ayuda en la reestructuración de sus fuerzas armadas. Todo programa de reforma del sector de la seguridad debe ser transparente, abordar la impunidad de las violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado y aplicar las normas de derechos humanos.

Campos de adiestramiento para miembros de milicias

La delegación de Amnistía Internacional ha encontrado indicios de la existencia de milicias que actúan junto con las fuerzas del gobierno, pero fuera de las estructuras militares y policiales oficiales. Muchos manifestantes que estuvieron en el estadio ofrecieron testimonios coincidentes sobre la presencia de un considerable número de hombres vestidos de civil que actuaban con las fuerzas de seguridad armados con cuchillos y otras armas.

La organización ha recibido información sobre el reclutamiento y adiestramiento de hasta 2.000 jóvenes en dos bases situadas al sureste de Conakry, así como informes sobre concentraciones organizadas y reclutamientos de jóvenes en Kaporo, barrio de las afueras de Conakry. Esta actividad parece haber comenzado hacia agosto de 2009, y en la actualidad la llevan a cabo, en parte, técnicos extranjeros en bases de las afueras de Conakry.

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