TeleSUR, 04.02.2011
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El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, reconoció que su administración tiene una deuda en materia de Derechos Humanos (DD.HH.) y expresó que está dispuesto a que cualquier país colabore con Honduras para esclarecer las violaciones sucedidas durante el golpe de Estado a Manuel Zelaya y en su mandato.
El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, realizó un recuento de su primer año de Gobierno en entrevista exclusiva para teleSUR donde afirmó que su Gobierno enfrenta una crisis política y social tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, además de violaciones a los Derechos Humanos que merecen reparación y justicia.
Ante este cuestionamiento, Lobo dijo que estaba “abierto para que todos los que tengan dudas revisemos caso por caso y que nos traigan a todos los que quieran investigarnos, no estamos protegiendo a nadie y si hay fuerzas, sean de cualquier tipo, que estén haciendo acciones violentas, con toda voluntad los llevaremos a los tribunales”.
Durante el mandato de Lobo el Frente Nacional de la Resistencia y algunas ONG de Derechos Humanos handenunciado que al menos 67 personas han sido asesinadas selectivamente por sus creencias políticas.
Lobo sostuvo que su país desea seguir el ejemplo de reconciliación de El Salvador tras la guerra civil que ensangrentó esa nación en los años 80. “Si hubiera que meter presos, metería presos a los dos en todo caso ¿entiende? porque ninguno es inocente. En El Salvador ellos han entendido que no pueden estarse revolcando en lo que los divide, los pueblos tienen que avanzar, olvidar el pasado (en Honduras debemos) perdonarnos todos, ese es mi mandato. Hoy como Presidente digo no nos pueden vincular a la violación de derechos humanos. Por mi parte, jamás haría algo así.”
“Esperaremos con paciencia el retorno a la OEA”
El presidente Lobo afirmó que su legitimidad en el Ejecutivo es incuestionable puesto que, a pesar de que distintos movimientos sociales llamaron a no convalidar las elecciones de noviembre de 2008 en las que fue electo, aún así “al final la gente vino y fue a votar masivamente como nunca se había votado aquí en Honduras, entonces yo me siento con mi pueblo con un compromiso que es reconciliarnos todos”, dijo.
El mandatario hondureño reconoció el fracaso de su Gobierno, que tras un año no ha logrado la unidad nacional, ni el regreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA).
“La Comisión de la Verdad (sobre el Golpe de Estado) pronto dará su informe que nos dará luces de qué debemos corregir, que nos permita que cuando se den crisis de este tipo no se vaya a la fuerza sino que se recurra a los mecanismos de la democracia, hemos restablecido relaciones con casi todos los países, sólo algunos aún se resisten a darle el espacio a Honduras (...) esperaremos con paciencia, ya hicimos lo que teníamos que hacer, y si no en el 2013 habrá elecciones y vendrá un nuevo Gobierno, y tal vez en ese momento logremos que todo se normalice con la OEA”, dijo Lobo.
La OEA decidió suspender el 5 de julio de 2009 a Honduras del organismo interamericano como respuesta al golpe de Estado que sacó del poder a Manuel Zelaya.
“Manuel Zelaya puede volver”
Porfirio Lobo destacó que durante su Gobierno se logró que el Congreso aprobase una reforma para modificar el artículo 5 de la Constitución, que contempla que “el pueblo va a poder ser consultado (...) si el día de mañana, hay reelección alterna o continua, pues el ex presidente Zelaya se puede presentar como cualquier otro candidato a lo que es ya una elección y el pueblo decidirá, el pueblo es el que manda”.
Lobo señaló que, pese a que respeta la independencia de poderes, ha intentado sin éxito hacer que los procesos que se siguen contra Manuel Zelaya sean suspendidos para que el presidente derrocado retorne a Honduras.
Al ser consultado del por qué no se han cambiado a los miembros de la Corte Suprema hondureña, pese a que su partido posee la mayoría en el Congreso, el presidente se excusó diciendo que ha mantenido diálogos con los magistrados “no hay ninguna razón de beneficio en castigar a unos y otros para la reconciliación (...) de la crisis política de junio de (2009) nadie debe ir a la cárcel”.
Lobo, quien cayó en una contradicción con la frase, rápidamente afirmó que en caso de vilaciones de DD.HH todos los responsables deben ser castigados.
El presidente hondureño se negó a convalidar el concepto de golpe de Estado para denominar el derrocamiento militar de Manuel Zelaya. “Cuando digo Golpe, se enojan unos, de esa crisis no se debe derivar nada para nadie, para mí es un tema de denominaciones, pueden decir un golpe, empujoncito, jaladita, pero se rompió la situación normal, la sucesión normal, esa es la verdad, nadie la puede negar, así se enojen”.
“No promoveré una Asamblea Nacional Constituyente”
El presidente Lobo afirmó que si él iniciara una convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, como lo piden varios sectores sociales para lograr un nuevo Pacto Social, estaría imponiendo “una agenda política”.
“Hay dos formas de hacer los cambios. Una cosa es de arriba que diría esto se va a hacer de esta manera y se arma todo. Y otra es, que en realidad es la genuina, que es cuando usted va a los lugares y le dice vengan para acá los políticos, los de las diferentes organizaciones, todos, los lustrabotas, los taxistas, los pequeños agricultores, los campesinos, los empresarios del lugar, todas las Iglesias (...) vengan para acá todos, dialoguemos, qué quieren que hagamos, si queremos una Asamblea para cambiar la Constitución, muy bien (si) otros dicen no, no queremos, entonces vamos a un plebiscito”, afirmó Lobo.
“El afán mío no es quedarme en el poder, el afán mío es abrir las avenidas para que el pueblo pueda expresarse para que el pueblo pueda decidir”, luego el presidente hondureño agregó que no tiene intenciones de permanecer en el poder más allá de su mandato, que empezó en febrero de 2010 y culminará en enero de 2014.
“Con las ciudades modelos no se pierde la soberanía”
El presidente hondureño afirmó que las Ciudades Modelos no violan la soberanía de Honduras. Estas son una forma de organización territorial, recientemente aprobada por el Congreso hondureño, que contempla crear en su territorio poblaciones de un máximo de 33 kilómetros cuadrados, con autonomía jurídica y concesiones por décadas a inversores internacionales.
“Los propietarios pueden venderle la tierra al Gobierno o pueden alquilársela (...) únicamente que en ese espacio hay reglas especiales que nos permiten que todas las trabas que tenemos hoy para la inversión fluyan y se fomente la inversión, y entonces yo tengo un pedazo de tierra de 33 km donde no hay nada, donde yo digo aquí va haber reglas especiales y aquí van a hacer construcciones. Lo que se construya aquí nadie se lo va a llevar, eso queda aquí en Honduras”, dijo Lobo.
El presidente hondureño agregó que las ciudades modelo deben garantizar el libre mercado pero también la inversión en beneficios sociales para sus habitantes.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) califica a las ciudades modelo como pequeños enclaves o ciudades-Estados empresariales cuya soberanía será vendida a compañías extranjeras y a los intereses imperiales.
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