domingo, 9 de enero de 2011

Un día cualquiera en Chifunzi

30 Diciembre 2010
Por Stella Evangelidou (República Democrática del Congo, Médicos Sin Fronteras)
El trabajo comienza a las 7:30 con una reunión donde nos ponemos al día de las actividades del proyecto y de la situación general de la región. Al final de la reunión, nos montamos en el coche de MSF rumbo al hospital. Entre las 13:30 hasta las 14:30 volvemos a la base para comer. Después, o bien volvemos al hospital para continuar, o nos quedamos en la oficina de la base para completar informes y diseñar los planes de acción. Oficialmente, el trabajo se termina a las 17:30.
Un día típico de trabajo en una misión de MSF es, en general, “atípico”… Debido a las necesidades de los pacientes en el hospital, algunos días nos saltamos la hora de comer y trabajamos hasta pasadas las 17:30. Las necesidades de los pacientes siempre encabezan la lista diaria de prioridades.
Por razones de seguridad, tenemos que volver a la base antes de las 18:00, llevar puesta nuestra identificación de MSF y tener siempre las radios encendidas.
La base de MSF está situada al final de la aldea de Chifunzi, a un kilómetro del hospital central. Es una zona cercada con bambú donde se encuentran la casa MSF para los siete expatriados que estamos aquí, y la oficina. No hay ni agua corriente ni red eléctrica, pero gracias al equipo logístico contamos con un generador, un sistema de energía solar y letrinas. Y os diré que no hay nada más relajante al final del día que una ducha con un cubo de agua…
A menudo he ido a trabajar andando junto con mi colega Théophile, un psicólogo congoleño. Es un camino embarrado que lleva al hospital atravesando el centro del pueblo. Solemos llamar la atención de los vecinos. “Mzungu1, dame galletas”. Eran niños en edad escolar jugando con los ladrillos de barro con los que se está construyendo la nueva escuela.
Uno de esos días, nos detuvimos a comprar una botella pequeña de agua, que nos costó 800 francos congoleños, unos 70 céntimos de euro, casi más caro que en mi país, Grecia. Los soldados del gobierno andaban cerca de la aldea. Su presencia me recordó que estábamos en una zona donde la seguridad no puede darse por sentada.
Le pedí a Théophile que me comprara un paquete de cigarrillos por el camino. Si lo hiciera yo misma, no tardaría en haber habladurías en el pueblo. Es muy raro ver mujeres fumando en Congo, excepto las expatriadas que no pueden superar su adicción …
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(1) Mzungu: “hombre blanco” 
Foto superior: Vista de Kalonge (© Stella Evangelidou)
Foto inferior: Mercado de Kalonge en un día de lluvia, visto desde el interior de un coche de MSF (© Stella Evangelidou)

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