martes, 26 de octubre de 2010

Exigen a EEUU que investigue las torturas a iraquíes denunciadas por Wikileaks


Human Rights Watch y Amnistía Internacional, así como el relator de la Organización de las Naciones Unidas contra la tortura, Manfred Nowak, instaron al gobierno de Barack Obama a realizar su propia investigación sobre las "denuncias creíbles" de Wikileaks.

El Consejo Nacional de Seguridad iraquí decidió conformar la comisión, presidida por el ministro de Justicia, Dara Nur Eldin, para constatar la veracidad de la información.

26.10.2010 · IPS · William Fisher (Nueva York)
Soldados estadounidenses e iraquíes detienen a un ciudadano iraquí en Mosul, Irak 2008 .(AP Photo/Maya Alleruzzo)
El gobierno de Iraq creará un comité especial para investigar los maltratos y las torturas a prisioneros que, según documentos divulgados por el sitio web WikiLeaks, cometieron sus fuerzas de seguridad mientras EEUU hacía la vista gorda.
El Consejo Nacional de Seguridad iraquí decidió este lunes conformar la comisión, presidida por el ministro de Justicia, Dara Nur Eldin, para constatar la veracidad de la información.
Mientras, las organizaciones humanitarias Human Rights Watch y Amnistía Internacional, así como el relator de la Organización de las Naciones Unidas contra la tortura, Manfred Nowak, instaron al gobierno de Barack Obama a realizar su propia investigación sobre esas “denuncias creíbles”.
El Departamento de Defensa estadounidense reaccionó airado el domingo a la divulgación de los 392.832 documentos clasificados por parte de WikiLeaks, el mismo sitio web responsable de la publicación hace seis años de 77.000 informes secretos sobre la guerra en Afganistán.
WikiLeaks se dedica a publicar informes y documentos filtrados con contenido delicado preservando el anonimato de sus fuentes.
El secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell, condenó fuertemente al sitio.
“Deploramos a WikiLeaks por inducir a individuos a que rompan la ley, filtren documentos clasificados y luego compartan cordialmente esa información secreta con el mundo, incluso con nuestros enemigos”, afirmó.
Un niña irakí reacciona ante la detención de un familiar por soldados estadounidenses después de ser atacados en Mosul, 360 kilometros al noroeste de Bagdad, Irak. (AP Photo/Maya Alleruzzo)
Larevelación también desató un enfrentamiento político en Iraq. Por ejemplo, un alto miembro de la coalición interreligiosa Iraqiya, liderada por el ex primer ministro Iyad Allawi, llamó a una investigación sobre las posibles conexiones entre las torturas en las cárceles iraquíes y el actual primer ministro Nuri al-Maliki.
Los documentos no contienen mucha información sobre maltratos en centros de detención administrados por el Pentágono, pero sí abundan en detalles sobre abusos a prisioneros cometidos por el propio ejército y la policía de Iraq desde la invasión estadounidense en 2003.
Durante el periodo cubierto por los informes, al menos seis prisioneros murieron bajo custodia iraquí, la mayoría de ellos en los últimos años. Cientos de documentos hacen referencia a golpizas, quemaduras y latigazos. Ese tipo de maltratos parecían ser considerados normales por los uniformados iraquíes.
Según el diario The New York Times, “en un caso, los estadounidenses sospechaban que oficiales del Ejército (iraquí) le habían cortado los dedos a un detenido y lo habían quemado con ácido. Había versiones de otros dos casos de ejecuciones de prisioneros atados”.
“Aunque algunos casos fueron investigados por los estadounidenses, la mayoría parecen haber sido ignorados en una suerte de ‘encogimiento de hombros’ institucional: los soldados le informaron a sus oficiales, y estos le pidieron a los iraquíes que investigaran”, añadió el diario.
Los altos mandos militares estadounidenses dijeron que, si no había personal occidental directamente involucrado, no tenían que tomar ninguna acción. Esto permitió que las fuerzas de Estados Unidos hicieran la vista gorda a los maltratos cometidos por los uniformados iraquíes.
Cuando las fuerzas estadounidenses descubrieron y reportaron maltratos, los iraquíes por lo general no actuaron. Un informe indicó que un jefe de policía se negó a tomar medidas “mientras el abuso no dejara marcas”.
Otro jefe policial iraquí admitió que sus oficiales estaban involucrados en las torturas y afirmó que “las apoyaba como método para realizar investigaciones”.
Los documentos de WikiLeak además mostraron que las fuerzas de Estados Unidos también usaron la amenaza de la brutalidad iraquí para convencer a prisioneros a que cooperaran en los interrogatorios.
No fue sino hasta más adelante en la guerra que algunos de los peores ejemplos de abusos iraquíes salieron a la luz.
Por ejemplo, en agosto de 2009, una unidad comando policial iraquí informó que un detenido se había suicidado bajo su custodia, pero la autopsia realizada en presencia de un funcionario estadounidense “encontró moretones y quemaduras sobre el cuerpo del detenido, así como visibles heridas en la cabeza, brazo, torso, piernas y cuello”.
El informe indicó que la policía “habría comenzado una investigación”.
En diciembre pasado, 12 soldados iraquíes, incluyendo un oficial de seguridad, fueron captados por un vídeo en la norteña ciudad Tal Afar matando a disparos a un prisionero cuyas manos estaban atadas, según reseñó el periódico británico The Times.
WikiLeaks informó que, aunque las fuerzas de Washington reportaron el caso al comandante local del Ejército iraquí, no se inició ninguna investigación debido a que no estaban involucrados soldados estadounidenses.
Sin embargo, hubo ocasiones en que las fuerzas de Washington sí intervinieron. En un caso, un soldado estadounidense escuchó gritos en una celda y encontró a dos prisioneros deshidratados con moretones en sus cuerpos, por lo que decidió sacarlo de custodia iraquí.
En otro, un sargento estadounidense en la central ciudad de Ramadi ingresó a una estación de la policía militar iraquí y encontró a un teniente usando un cable eléctrico para golpear los pies de un detenido. El sargento lo detuvo, pero después encontró al mismo funcionario azotando la espalda de otro prisionero.

No hay comentarios: