miércoles, 24 de febrero de 2010

LOS DEFENSORES Y DEFENSORAS DE DERECHOS HUMANOS NO PUEDEN SER PERSEGUIDOS

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República Democrática del Congo (17-02-10)


Timothée Mbuya, defensor de los derechos humanos, ha recibido amenazas de muerte por SMS.Haz clic para ampliar
Timothée Mbuya, defensor de los derechos humanos, ha recibido amenazas de muerte por SMS.

Londres.- Amnistía Internacional ha pedido hoy al gobierno de la República Democrática del Congo que proteja a los defensores de los derechos humanos, que continúan siendo detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad y recibiendo un alarmante número de amenazas de muerte.

En el informe Human Rights Defenders under attack in the Democratic Republic of Congo, Amnistía Internacional documenta la persecución que sufren ocho destacados defensores de los derechos humanos de la República Democrática del Congo, hostigamiento que la organización teme que vaya en aumento hasta las elecciones presidenciales y nacionales de 2011.

“El gobierno de la República Democrática del Congo debe hacer valer el derecho a la libertad de expresión y garantizar que los defensores congoleños de los derechos humanos están protegidos contra las amenazas, la detención arbitraria y las agresiones –ha manifestado Andrew Philip, investigador de Amnistía Internacional sobre la República Democrática del Congo–.

A muchos defensores de los derechos humanos se los ha detenido simplemente por defender a otros." Golden Misabiko, presidente de la sección de Katanga de una organización nacional de derechos humanos, fue detenido por la Agencia Nacional de Información en julio de 2009, tras haber publicado su organización un informe en el que se denunciaba la implicación de funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado en actividades ilegales de extracción de uranio altamente radiactivo y otros minerales en la mina de Shinkolobwe, provincia de Katanga.

Al cabo de casi un mes de reclusión, Golden Misabiko fue condenado a un año de cárcel con una suspensión de ocho meses tras ser declarado culpable de “publicación de información falsa”, sentencia condenatoria que sus abogados piden que se anule.

Golden Misabiko sufrió fuertes dolores de estómago, con vómitos persistentes, y trauma psicológico provocado por sus terribles condiciones de reclusión, debido a las cuales se veía obligado a pagar a los guardias para que lo dejaran dormir sobre un pedazo de cartón fuera de la celda y evitar así la suciedad y el hacinamiento imperantes en ésta.

Robert Ilunga, defensor de los derechos comunitarios y presidente de una ONG de derechos humanos de Kinshasa, fue detenido por la Agencia Nacional de Información y recluido en régimen de incomunicación en septiembre de 2009, tras haber publicado su ONG un comunicado de prensa en el que se denunciaban las duras condiciones laborales de los trabajadores de una empresa de preparación de grava de Kasangulu, provincia de Bas-Congo.

La Agencia Nacional de Información, en particular, suele detener, recluir e intimidar a trabajadores de organizaciones de derechos humanos de la República Democrática del Congo.

Amnistía Internacional recibe con regularidad informes sobre tortura y otros malos tratos infligidos en sus centros de detención.

“Los defensores de los derechos humanos de la República Democrática del Congo desempeñan una función decisiva a la hora de llamar la atención sobre los abusos contra los derechos humanos, pero la intensificación del hostigamiento de que son objeto hace que les resulte cada vez más difícil realizar su importante trabajo”, ha explicado Andrew Philip.

Los líderes de cuatro organizaciones de derechos humanos radicadas en la ciudad suroriental de Lubumbashi, provincia de Kananga, reciben mensajes SMS anónimos y cada vez más siniestros desde mediados de septiembre de 2009, cuando dirigieron una campaña local en apoyo de Golden Misabiko, entonces detenido.

“No sé hasta cuándo podré soportar la tensión y el sufrimiento mental que causan estas amenazas, pero todos los días tengo que luchar contra la tentación de volver a llevar una vida normal con mi familia, porque me niego a que me intimiden para que deje de hacer mi trabajo", ha contado un defensor de los derechos humanos a Amnistía Internacional.

Uno de los cuatro líderes que hicieron campaña en favor de Golden Misabiko, Grégoire Mulamba, fue secuestrado el 18 de octubre de 2009 cuando regresaba a casa del trabajo. El taxi que lo transportaba se desvió de repente del camino habitual, y al dirigirse él al conductor para preguntarle el motivo, otro pasajero le puso un arma en las costillas y le vendó los ojos. Cuando se detuvo el vehículo, al cabo de 20 minutos, Grégoire Mulamba pensó que lo iban a matar, pero lo que hicieron fue dejarlo abandonado en un cementerio a la fueras de Lubumbashi. Los otros tres líderes, Timothee Mbuya, Emmanuel Umpula y Dominique Munongo, huyeron de Lubumbashi a finales de septiembre de 2009 porque temían por su vida, pero regresaron en octubre, para continuar con su trabajo de defensa de los derechos humanos a pesar del aumento de las amenazas de muerte.

Según han contado a Amnistía Internacional defensores congoleses de los derechos humanos, las detenciones y el hostigamiento contra ellos aumentaron acusadamente a lo largo de 2009, y los observadores de la ONU en el país han confirmado esta información. Varios Estados expresaron preocupación por la situación de los defensores de los derechos humanos de la República Democrática del Congo y formularon recomendaciones al gobierno congoleño cuando el país se sometió al examen periódico universal de la ONU en Ginebra en diciembre de 2009.

El examen periódico universal brinda al Consejo de Derechos Humanos de la ONU la oportunidad de examinar el historial de todos los Estados miembros en materia de derechos humanos. Cada país se somete a examen cada cuatro años con el fin de garantizar que el Estado cumple con todas sus obligaciones para con los derechos humanos.

La República Democrática del Congo ha indicado posteriormente que está de acuerdo con la recomendación del examen periódico universal de tomar nuevas medidas para proteger los derechos de los defensores de los derechos humanos, garantizar que se llevan a cabo de manera efectiva investigaciones y enjuiciamientos por los delitos y violaciones de derechos humanos cometidos contra defensores de los derechos humanos y periodistas y aprobar un marco jurídico efectivo para la protección de los activistas de los derechos humanos de acuerdo con la Declaración sobre los Defensores de los Derechos Humanos.

Amnistía Internacional insta al gobierno a emprender con prontitud estos cambios en la ley y en la práctica.


Categorías: Africa, Defensores

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